Cortesía de.-

Pequeño diario de un Arma (1)

Simplemente me transformé, desde hace unos días soy un arma, de cierta forma es peligroso estar conmigo. Cada historia supongo que es diferente. Ya sea el deseo subconsciente de decaer poco a poco a causa de la pólvora que circula en nuestro ser, o un simple accidente donde tu cuerpo se interpone en una bala perdida que se termina asimilando con los mismos resultados. El veneno recibido tiene el mismo fin.

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¿Para qué se crea un arma, sino para matar? Al menos eso es lo que pensaba, pero ahora que yo soy el arma... Lo menos que quiero es hacerle daño a alguien más. Es graciosos pensar que el gozo mas grande para algo en esta condición, su función máxima, el disparar, algo que nos debe brindar placer, sea lo mismo que acabe con otros.

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Sigo sin comprender bien el funcionamiento de todo este mecanismo, lo más parecido son esas estúpidas películas de zombies... pero ni siquiera esa ficción se compara. Me pregunto si los monstruos se crearon para hacernos ver que nuestra realidad no es tan mala, que podríamos estar peor... Imaginen a un ser cualquiera, tu amigo, tu hermana, tu papá, tú. Están jugando tranquilamente con su "Arma", claro sin saber lo que ésta puede hacerles. Y de repente, se dispara. La bala penetra en sus cuerpos. Uno podría pensar que traspasaría la materia, que las leyes de la física, todas esas mentiras de la energía cediendo ante energía y convirtiéndose en algo mas, aplicarían en esta ocasión. Pero estas balas no traspasan, no hieren. Solo se depositan cómodamente en las personas, las convierten en armas. Llenan de pólvora su sangre, llenan de dióxido de carbono sus pulmones, mercurio sus lágrimas. Es un nuevo organismo. Y la energía vital se desvanece con el paso del tiempo, dejando lo orgánico por algo sin vida. Hay algo peor que los vampiros y los zombies...






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Pequeño diario de un Arma(1) --Charlie--