Cortesía de.-

El monstruo bajo mi cama

El monstruo bajo mi cama me asustaba de niño y creo que aun lo hace, solo que ahora de grande he aprendido a controlar mi miedo y a veces a disimularlo.


¿Cuando deje de temerle a la oscuridad? No lo recuerdo, pero recuerdo que una vez de niño mientras temblaba de miedo en cama me arme de valor y baje de improviso y vi debajo de mi cama y solo encontré zapatos, polvo y pelusillas. Escribirlo y leerlo suena tan sencillo, pero créeme requirió juntar mucho valor.


Esta vez fue diferente, esta vez sí encontré al monstruo bajo mi cama, estaba ahí como asustado, avergonzado, Yo lo mire extrañado y le hice señas para que salga, se incorporo con pesadez, sus escamas se veían marchitas y secas, sus enormes ojos que parecían los de un gato se veían marchitos, sus garras se veían débiles y frágiles.


No me dio miedo sino lastima. Puse mi mano en su hombro y el respiro de manera extraña como cuando uno está triste. Ya no doy miedo, me dijo con una voz grave y extraña losssss chicosssss de ahora no le tienen miedo a nada. Las noticias, los efectos especiales, los videojuegos, están tan familiarizados con la violencia que asussssstarlossssss es más difícil cada año. Me causo gracia la forma en que arrastraba las eses, su lengua viperina se agitaba como lo hacen las serpientes. El monstruo bajo mi cama empezaba a caerme bien.

¿Y porque viniste? le pregunte, Buscaba en las habitaciones de los niños del vecindario y sentí tu miedo, me pareció extraño pues hace años que no tenias miedo, de niño te visitaba seguido hasta aquella noche que me buscaste dijo son esos seseos sibilantes que me causaban gracia, sentí tu miedo pequeño, pero hace días que no me alimento y poco es mejor que nada por eso esperaba que te quedes dormido.

Y como funciona esto de alimentarse del miedo le pregunte, se puso de pie delante mío se irguió cuan largo era y estábamos cara a cara, yo seguía sentado en el borde de mi cama. 

Acerco su rostro al mío y aspiro, yo sentí una corriente de aire que me arrastraba hacia él y un frio extraño recorrió mi espalda, y esto gatilló un recuerdo de niñez.

La sensación de frio en las noches, el porqué mis sabanas y frazadas siempre en el piso cuando me levantaba, las pesadillas, mi sueño ligero, la sensación fría en mi rostro.

El monstruo dejo de aspirar y note que el color volvía a sus escamas, el verde pálido se convirtió en un tono más vivo y reluciente, su lengua bífida oscilaba graciosa en su boca, con una expresión parecida a la que tenemos cuando estamos satisfechos de comida, podría decirse que estaba sonriendo.



Tienes miedo por tu hermana ¿no? Su pregunta me sorprendió, al alimentarse de nuestros miedos llegan a saber lo que le tememos, Si, conteste, me da miedo que algo malo le pueda pasar, No te preocupes, nada malo va a pasar, me dijo mientras ponía sus garras en mi hombro, ¿De verdad? Pregunte entusiasmado, Nada malo le va a pasar a tu hermana, está hecha de un material especial.






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El Monstruo bajo mi cama --Gary Rivera--