Suena un sms en el vagón de metro e inmediatamente todo el mundo revisa su móvil. Aunque haya sonado un tono que nada tiene que ver con el nuestro. Por mimetismo. Por impaciencia. Por deseo. Quizás por envidia.
Ayer, volviendo a casa, volvió a pasar. Ceremonialmente todos los pasajeros echamos mano...
Tweet |