Cuando nos molestamos con alguien, muchas veces solo encontramos dos opciones “ceder” o ser orgullosos (sin importarnos que al serlo no estamos arreglando mucho que digamos), si optamos por el primero podemos mejoraro empeorar las cosas hablando, llegar a un posible acuerdo y dependiendo de éste podríamos solucionar el problema. Pero cuando decidimos aplicar el“ahora si quiere hablar, que me busque” muy probablemente lo único que haremos será empeorar las cosas, pues el ser orgullosos puede llegar a ser la forma más infantil de actuar ante un problema y la menos correcta, porquesúmale la suerte que tendrás en que la otra persona no lo sea, y el tiempo que se tomarán en bajarle una rayita a ese orgullo para poder "hacer las pases".
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