Estoy harto. Ya no quiero hacer esto. Quiero hacer algo más. Prometo que lo haré el otro año. La semana que viene. No quiero cometer errores.Tengo trabajo que hacer. Estoy muy cansado. Ha sido un día complicado. Mi jefe me odia. Mi familia no me deja. Puedo salir lastimado. Esta muy oscuro. Hace frío. Esto es peligroso.
Perdón, pero quiero dormir. No quiero verme cansado.Necesito un mejor entrenador. Me duele el estomago. No soy del tipo atlético. No quiero verme sudado. Necesito una motivación. Y me duelen las piernas - No excuses - Matt Scott - Campeón olímpico en la categoría de basket en silla de ruedas.
Perdón, pero quiero dormir. No quiero verme cansado.Necesito un mejor entrenador. Me duele el estomago. No soy del tipo atlético. No quiero verme sudado. Necesito una motivación. Y me duelen las piernas - No excuses - Matt Scott - Campeón olímpico en la categoría de basket en silla de ruedas.
Hoy he visto este video de Matt Scott, y no he dejado de pensar en la cantidad de excusas que ponemos día a día para no pelear por las cosas que realmente queremos en la vida. No es fácil. Son contadas las horas que tenemos libres en medio del trabajo, los estudios, la familia, y las responsabilidades de la casa. Al igual que muchos,hemos entrado en la recta final de este año laboral, quedan pocos días para terminar el cuatrimestre, y cada el calendario se hace más cercano a la fecha de cierre de nuestro nuevo proyecto literario.
Y es ahí donde hay que pensar, en medio de la madrugada, siendo los únicos que estamos de pie estudiando, escribiendo, o trabajando en el silencio de la noche, que estos obstáculos en el camino pueden ser excusas para renunciar a lo que queremos, o motivación extra para seguir luchando hasta el final. Prefiero la segunda que la primera, porque si algo me ha enseñado la vida es que las cosas no caen del cielo, y que ir por un sueño es tener valor, honor y compromiso con uno mismo. Valor para creer en lo que nadie más cree, honor para no rendirse a mitad del camino, ycompromiso para no renunciar a lo que siempre has querido.
Nuestro peor enemigo no es nuestro pasado, ni nuestro futuro, sino las metas y sueños que tracemos sobre nosotros mismos. Cada persona forja su propia grandeza. Pero para que esto sea posible, es necesario dejar atrás las excusas, y encarar nuestra tarea sin miedo y sin arrogancia, pero con la confianza del que esta listo para darlo todo en el campo de batalla.
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