Hice un viaje al pasado, no me preguntes como lo hice sería muy difícil de explicar.
Encontrarme no fue difícil, que divertido fue ver las cosas como eran antes, los peinados, la ropa, las calles todo me parecía tan retro.
Me agache para vernos cara a cara, sujete sus hombros y lo zarandee como hacía con mis primos! Una mano mía podía ocupar casi todo su pecho (¿o debo decir mi pecho?) Gary le dijehay muchas cosas que quiero contarte el me miro, se sentó en el piso y me prestó atención.
Te van a pasar muchas cosas buenas le dije y una sonrisa se dibujo en su carita redonda y también cosas malas y su sonrisa se convirtió en un gesto de interrogación.
Y así pase una tarde hablando con el niño que fui, jugamos todo lo que pudimos y le conté poco a poco parte de su futuro que en realidad era mi pasado.
Le advertí que no lleve esas revistas para adultos al colegio también le advertí que le haga caso a nuestros padres siempre y que quiera a su hermana, le conté que los cachetes que tendrá su sobrino son muy parecidos a los que él tiene ahora, le conté también que no importa lo que pase, sus padres siempre lo van a querer, lee mucho Gary, leer es bueno le dije, tambien le hable de los amigos que tendría se lo conté como si fuese un cuento cuando me di cuenta el cielo era una mezcla de colores, un anaranjado, rosado y celeste coloreaban el firmamento y de pronto una voz familiar interrumpió nuestra conversación
Gaaaaary!
Era mi abuela los dos volteamos para verla y un nudo se formo en mi garganta y mis ojos se humedecieron, ¿Qué te pasa? Me pregunto porque se dio cuenta de mi tristeza Nada, le dije, ve con tu abuelita, ¿le das un besito de mi parte? le dije mientras gentilmente lo empujaba en direccion de nuestra abuela Ya! Me dijo asintiendo varias veces, se despidió de mi con su manito y se fue corriendo con una sonrisa enorme en su carita (¿o debo decir la mía?) donde nuestra Abuela que lo recibió con los brazos abiertos, el de un salto se acurruco en su pecho y ella cargándolo lo metió a su casa.
Justo antes de cerrarse la puerto vi salir a Camilo mi perro! Había olvidado como aprovechaba el menor descuido para escapar a la calle y yo que me encontraba en su dirección le estire los brazos él se detuvo de golpe, desconfiado me olfateo desde lejos y note su confusión porque volvió la mirada por donde mi antiguo Yo había entrado. Me olfateo por segunda vez y luego se acerco muy despacio acerque mi mano y el la olfateo y luego empezó a saltar alrededor mío, contento de alegría ¿me reconoció mi perro? Lo acaricie y acaricie por un largo rato. Hasta que llego el momento de regresar. Atravesé el portal una brisa diferente me acaricio el rostro y así sin darme cuenta me hallaba en mi presente.
Al volver de mi viaje me di cuenta que lo que menos tenemos es tiempo.
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